Cristhofer es un niño de 9 años que vive en una zona urbana juntos a sus padres y su hermana Patricia de 15 años de edad. Sus padres están muy preocupados por él porque desde hace ya varios días, se mantiene despierto de noche repitiendo una y otra vez “No te levantes, no mires, no escuches”; tanto que ya han decidido llevarlo a un psiquiatra.
Su hermana cuenta que todo empezó en el colegio unos días atrás, cuando ellas y su amigas comenzaron a contar historias de terror al salir de la escuela, lo cual Cristhofer escuchaba porque ella lo pasaba buscando por su clase al salir.
Uno de esos días, su hermano les comentó, que no sabía porque todos los días se despertaba sorpresivamente en la noche y siempre era casi la misma hora las 3:00am o las 3:30am y por eso a esa hora se pasaba para la cama de sus padres porque ya no podía dormir.
Cuando una de sus amigas escuchó lo que dijo el niño le pregunto si en su cuarto tenía un espejo frente a su cama y este le dijo que sí, entonces ella le dijo que tratara de mover la cama hacia otro lado, porque cuando ubicamos el espejo viendo a la cama y podemos vernos en él acostados, nuestro espíritu se desorienta y el espejo se convierte en una especie de portal que atrae entes malignos que buscan apoderase de nuestro cuerpo, por eso despiertas bruscamente porque esa es la hora de los malos espíritus; y terminó diciéndole: recuerda “No te levantes, no mires y no escuches” y ellos no tomarán tu alma.
Al escuchar esto, la hermana de Cristhofer cambió rápidamente la conversación porque notó que su hermano se estaba asustando mucho; así que hablaron de otros temas hasta llegar a casa y ella se olvidó del pequeño incidente, pero el pobre Cristhofer no lo había olvidado y lo peor del caso es que el espejo de su cuarto estaba fijado a la pared y no tenía cómo mover la cama porque el espacio era muy pequeño.
Desde esa noche no podía dormir, hasta que un día le contó a su hermana que cuando llegaba la hora de las 3 de la madrugada, comenzaba a escuchar ruidos que parecían salir del espejo, por lo que se arropaba de pies a cabeza.
Su hermana le dijo que eso era por lo que le había dicho su amiga, que ella le había contado todo eso para asustarlo y que era mentira. Que se levantara y mirará el espejo porque nada le iba a pasar.
Esa madrugada solo se escuchó el grito despavorido de Cristhofer y lo encontraron en su cuarto, sentado junto a la cama abrazando sus piernas, muy pálido y repitiendo insistentemente “No te levantes, no mires, no escuches”.
Así que si eres de aquellos con espejos frente a la cama y te despiertas a las 3 de la mañana ya sabes lo que tienes que hacer.